Esas maniobras van desde proponer su propio experto para el peritaje, filtrar versiones falsas sobre las causas y asumirse como víctimas, hasta la burla implícita en estrujarle a la opinión pública que quizás su pena de cárcel sea de apenas dos años y que han suscrito “más de 40 acuerdos de compensación económica y apoyo humano, legalizados ante notario, con familiares de fallecidos, personas lesionadas y músicos afectados”.
Oí a un jurisconsulto afirmar que las largas dadas para iniciar el enjuiciamiento por la muerte de al menos 235 personas posiblemente ha favorecido a los responsables dados los plazos legales para reclamaciones civiles. Los inculpados piden a la sociedad dominicana “justicia basada en los hechos, no en narrativas”.
El suceso incontrovertible es que el techo de Jet Set colapsó tras innumerables advertencias de empleados de que se requería una intervención para corregir las fallas estructurales que evidenciaban los constantes desprendimientos del cielo raso.
El evento causo 235 muertos, cientos de heridos y familias destruidas. Para hacer justicia basta la tipificación penal, demostrar la relación evidente entre el hech y los daños, la responsabilidad culposa por negligencia de los dueños del negocio y aplicar la ley. Todo lo demás es bulto, allante y movimiento…
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