Francisco presidió la tradicional misa del Gallo que como el año pasado se celebró las 19.30 horas pero debido a sus problemas de rodilla permaneció sentado a un lado del altar y fue el cardenal Giovanni Battista Re el encargado de celebrar la eucaristía.
frágiles, los débiles«.
«En esta Navidad, como le sucedió a Jesús , una humanidad insaciable de dinero, poder y placer tampoco le hace sitio a los más pequeños, a tantos niños por nacer, a los pobres, a los olvidados. Pienso sobre todo en los niños devorados por las guerras, la pobreza y la injusticia«, lamentó.
Sobre la pobreza, el papa aprovechó para recordar su invitación «a ser una Iglesia que adora a Jesús pobre y sirve a Jesús en los pobres». Y citó entonces las palabras del asesinado y proclamado santo arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero: «la Iglesia apoya y bendice los esfuerzos por transformar estas estructuras de injusticia y sólo pone una condición: que las transformaciones sociales, económicas y políticas redunden en verdadero beneficio de los pobres«.
«Cierto, no es fácil dejar la tibia calidez de la mundanidad para abrazar la belleza agreste de la gruta de Belén, pero recordemos que no es verdaderamente Navidad sin los pobres. Sin ellos se festeja la Navidad, pero no la de Jesús. Hermanos, hermanas, en Navidad, Dios es pobre. ¡Que renazca la caridad!«, instó el papa
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