lunes, 30 de septiembre de 2024

Vivir aquí y ahora

Cada día, cada semana, cada mes es una oportunidad de ver hacia delante.  El pasado no lo puedo cambiar, el futuro no está en mis manos y nunca es tarde para empezar de nuevo.

Tengo que actuar con la ingenuidad y espontaneidad de los niños que cuando algo no le gusta o no lo quiere, lo tira, lo rompe o las dos cosas y empieza de nuevo.

En el fondo es que me da miedo cambiar, así que tengo que decir ¡basta! al temor de comenzar de manera diferente.  

Muchas situaciones, problemas, dificultades personales, familiares y de relación me atan y entro siempre en círculos que me hacen daño e impiden que siga adelante con felicidad y estabilidad.

Mi vida está aquí, por eso es importante poner lo vivido en las manos de Dios y con la fuerza del Espíritu Santo buscar la felicidad en la fe, en la familia y personas que quiero, en el servicio y en las obras de misericordia.

Vacío mi copa cada noche, lo pasado ya pasó, y así por la mañana estará preparado para llenarme de mis cosas favoritas y lo disfrutaré cada momento del día.

La vida es cambiante; se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere, todo es el ciclo de la vida.  

Sí vivo bien mi presente, confiando en Dios y en mi, el pasado no me distraerá, todo será nuevo.  El poder está siempre en el presente. Tengo el poder de ser libre porque toda la vida está en este instante.

Tengo que aprender a ser mi mejor  amigo.  Soy la sal de la tierra para darle sentido y el poder está en mi presente porque la vida está en cada instante.

Si quiero recuperar la salud, abandono la crítica y el reclamo, porque el resentimiento y la culpa son las responsables de las enfermedades.  

Me perdono,  porque no existe una liberación más grande que el perdón; vivir sin ataduras, sin enemigos y sin rencores.

Me centro en lo que hago en este hoy, apartándome de la rutina y dando importancia a cada una de mis acciones, en el ámbito espiritual, laboral, en mis relaciones con familia y amigos o en el tiempo que me dedico. No hago las cosas de forma mecánica.

He de mejorar mi  percepción. Cuántas cosas se me escapan o pasan desapercibidas… doy gracias por lo vivido, oro y discierno, observo cada detalle, en mis situaciones cotidianas, para darme cuenta de la importancia del aquí y ahora y de lo lleno de matices que está mi presente.

Disfruto con lo que hago y, si no es así, ¡cambio!. Solo yo puedo influir en mi situación actual porque el pasado no tiene remedio y el futuro es imprevisible.

Vivo en el aquí y ahora, soy feliz porque tomo las riendas de mi destino y actúo en consecuencia. 

¡Me doy el chance de vivir estos días de manera diferente!

Lee, medita y comparte 

P. Óscar

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