Cada día tiene su afán y yo me motivo agradeciendo a Dios. Abriéndome a la posibilidad de crear, descubrir y reinventar mi realidad.
Siempre trato de visualizar lo que deseo en mi vida personal, en mi relación con los demás, en mi labor, en las comunidades…
Hago presente lo que quiero sentir, los valores que me guían invocando al Espíritu Santo.
Lo hago palpable, cierro mis ojos, oro, visualizo con mi imaginación lo que quiero, a las personas con las que voy a estar, la labor que voy a realizar.
Todo es posible y cada cambio comienza si tengo una visión aunque sea pequeña.
No puedo hacerlo todo a la vez, hago a diario pequeños cambios.
Mi propósito en todo es amar y servir y lo realizo en acciones que reflejen el mundo que quiero constituir.
En cada progreso que logro le doy gracias a Dios, reconozco mis avances y eso me motiva a seguir
La lectura diaria de la Palabra de Dios, lecturas espirituales y libros me inspiran, alimentan y animan.
Me rodeo de gente querida, que me dan cuerda, me apoyan y creen en lo que realizo.
Soy consciente de mis limitaciones físicas y por ello acepto el desafío del cambio.
Orando enfrento mis temores e incertidumbres todo ello es parte de mi crecimiento.
Conozco mi temperamento y le pido paciencia al Señor, pues realizar mis anhelos lleva tiempo, encontraré tropiezos, pero hay que remar mar adentro.
Mi propósito es hacer todo para la gloria de Dios, de esta manera conecto mis acciones con mi propósito y pido al Señor aceptar y cumplir su voluntad.
Creo que puedo aportar escribiendo en las redes sociales, todos mis pensamientos y vivencias. Procuro animar y servir quienes puedo. Mas de a alguien le servirán.
Cada día es una oportunidad para dar un paso hacia ese nuevo mundo que deseo vivir.
Cada día es una oportunidad para crecer, aprender, y avanzar hacia lo que deseo.
Este pensamiento me recuerda que, sin importar lo que haya pasado antes, siempre tengo la posibilidad de empezar de nuevo o de hacer algo diferente.
Comienzo el día dando gracias a Dios y para cada día establezco una intención. Lo que deseo lograr y vivir hoy.
Agradezco mi presente y reconozco el regalo que Dios me da en este día.
Aun en los momentos difíciles, siempre hay algo que valorar: mi salud, mi entorno, o simplemente la posibilidad de estar aquí.
Cotidianamente dedico tiempo a aquello que me acerque a mis metas o que llene mi alma. Orar, celebrar, leer, escribir, compartir en las redes sociales, ayudar a alguien, o trabajar en un sueño personal.
Cada día trae lecciones, incluso si las cosas no salen como esperaba. En lugar de verlo como una pérdida, lo observo como una experiencia que me prepara para el mañana.
Al finalizar el día alabo a Dios por todo lo vivido y hago un examen de conciencia y a dormir se ha dicho.
Un nuevo día es como una página en blanco; yo decido cómo escribir en ella.
Lee, medita y comparte
P. Óscar
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