Felices los que saben reírse de sí mismos; porque nunca terminarán de divertirse.
Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra; porque evitarán muchos inconvenientes.
Felices los que saben escuchar y callar; porque aprenderán cosas nuevas.
Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: porque serán apreciados por quienes los rodean.
Felices los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables; porque serán portadores de alegría.
Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y con tranquilidad las cosas grandes; porque irán lejos en la vida.
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio; porque su camino estará pleno de sol porque el amor comienza a penetrar en su corazón.
Felices los que son capaces de interpretar con benevolencia las actitudes de los demás; porque conocen el valor de la caridad.
Felices los que saben reconocer a Dios en todo lo existente; porque habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría.
Sé feliz ahora y da felicidad a los que amas y tienes más cerca.
Lee, medita y comparte
P. Óscar
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